LA JUSTICIERA DE VILLA MADERO:

Se cumplen 12 años desde que Bernarda Garay Ocampo fue asaltada en su domicilio en la localidad de Villa Madero, partido de La Matanza. Se encontraba en su habitación haciendo reposo ya que padece de cáncer, cuando oyó ruidos en el living y decidió acercarse a ver de qué se trataba. Fue sorprendida por dos delincuentes que la tomaron de rehén y la maniataron con los cables del televisor y el DVD. Mientras que ella yacía en la cama de la habitación, atada de pies y manos, los delincuentes que no pasaban los 25 años, se hicieron de todas sus pertenencias, llenando bolsas con electrodomésticos y objetos de valor.

Cuando los sujetos se dieron a la fuga, olvidaron un revólver calibre 38 largo cargada sobre la misma cama en la que habían dejado a Garay Ocampo. Ante esta situación y conmocionada por ver cómo estas dos personas se habían llevado todo su dinero para su tratamiento oncológico, logró desatarse, tomar el arma y salir tras ellos para recuperar sus ahorros. Bajo un estado de conmoción total, la mujer salió a la vereda y al ver como uno de los delincuentes giró para verla, pensó que tenía un revólver y que le dispararía, así que ante el pánico por encontrarse cara a cara con la muerte, decidió efectuar un disparo que irrumpió directamente al pecho del agresor, provocándole la muerte instantáneamente. Ocampo no dudó en recuperar su dinero y encerrarse en su domicilio. Bajo un estado de shock emocional se comunicó con la policía y con su abogado de confianza, el doctor Hugo Lopez Carribero. El caso fue caratulado como “homicidio con exceso en legítima defensa”, pero luego de dos años, afortunadamente su abogado defensor, Lopez Carribero, logró que Ocampo fuera sobreseída de los cargos. En primera instancia, el juez Héctor Giusso, dictó el sobreseimiento de la mujer, evitando que fuera a juicio oral, alegando que de acuerdo a los informes psiquiátricos, en ese momento se encontraba en un estado de conmoción total. La Cámara sostuvo que Garay Ocampo de ninguna manera pudo comprender la criminalidad de sus actos debido al grado de conmoción que padecía, por la situación que se vio obligada a vivir. La Sala II del Tribunal, conformada por los jueces Ricardo Cabrera y AnalíaPuigdéngolas,firmaron la resolución en la cual quedó asentado su conclusión acerca de su sobreseimiento, manteniendo la misma postura que el juez de primera instancia. Es así como Lopez Carribero consiguió demostrar como su defendida se encontraba bajo un estado de afectación emocional severo que le impidió en ese momento comprender lo que estaba haciendo. Desde aquel momento, Ocampo mostró su arrepentimiento y aseguró que “no era ella” quien había tomado el arma y disparó. Su desesperación por perder el dinero que le podría salvar la vida fue lo que dominó su psiquis y la hizo reaccionar. Bernarda Garay Ocampo no regresó a su viviendo ya que sufrió una serie de amenazas provenientes de la familia del delincuente que asesinó, temía por su la integridad física y la de su familia, por lo que decidió permanecer en la casa de familiares hasta juntar el dinero para viajar a Paraguay, su país de origen. DIARIO EL ESQUIUDENSE.

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